lunes, 3 de septiembre de 2012

Aprendiendo.


Me he convencido de que las coincidencias no existen y que nada pasa por mera casualidad.

Fui a la marcha con los chicos de la escuela y fue bastante alentador, aunque no era demasiado parte me sentí perteneciendo a algo y eso es bueno.
Creo que una vez más me convenzo de que no es bueno tener amigas mujeres, ya encontré a las mías, a las que no me van a cagar, ni dejar sola. Amigos hombres, todos los que me quiera entregar la vida, pero mujeres no más. Aunque sé que uno no se puede decir "de esta agua no he de beber", pero mientras lo tenga detectado, evitaré.

*No se meta con una mina con cara de zorra, ni como amiga ni como ni una hueá porque son del terror.

Y claro que nada es por que sí no más.
Entre miles y miles de jóvenes marchando por un deseo y una convicción en común, heme ahí,  caminando y mirando hacia el cielo, pensando y analizando lo lindo que estaba viviendo y bastó con que bajara a la tierra para encontrarme y sumergirme en el más lindo sueño que pude haber tenido jamás.
Recuerdo cada detalle...

Y el viento susurraba despacio, bien bajito. Y el sol pegando alto en el cielo. Y yo caminando me encuentro, me concentro y luego de que el tiempo deje su vestigio en mis ojos, me vuelvo y lo encuentro. En lo alto lo encuentro.

Como no aceptar que el universo me acerque y me deje al lado la inspiración, la pasión natural en las melodías cotidianas... Como no aceptar un roce, pequeñas inyecciones de un cariño distinto, de la inmadurez de aquellos años, de profundidades corpóreas...

Qué expresión tocar, besar, sentir, acariciar y sobre todo, observar... te.


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